Como mencionamos
anteriormente, la disciplina es una forma en la que los niños son guiados a
moldear su conducta y actuar de manera correcta ante diferentes situaciones.
Los padres o cuidadores de los niños son la base fundamental de esta guía, ya
que deben brindarles casi el cien por ciento de su tiempo para ir moldeando su
disciplina. Una de las alternativas que podrían llegar a ser beneficiosas y con
buenos resultados en la conducta de los niños, son las mascotas. Las mascotas
pueden llegar a ser el acompañante ideal para la vida de un niño, ya que este
puede ayudar al niño en varios aspectos.
Entre los
beneficios más destacados que las mascotas brindan a los niños para un mejor
desarrollo de conducta están los elementos positivos en la personalidad. Una
mascota puede ser adoptada por una familia desde que el niño es muy pequeño, ya
que el niño a través de los padres va a poder imitar y aprender a ser
responsable de las necesidades de la mascota, como por ejemplo la hora de
comer, de dormir, limpiar o simplemente el hecho de estar pendiente de que se
encuentre bien. De manera que el niño podría tener cierta disciplina en cuanto
a sus responsabilidades en el hogar con su mascota, conocer acerca del papel
que cada integrante de la casa debe cumplir y que todos son los encargados de
cuidar y mantener en buenas condiciones a otro ser vivo con el que decidieron
convivir. Que además de cumplir con las responsabilidades de uno mismo vele por
el bienestar de alguien más, desarrollando disciplina, respeto y empatía. (Revista
Carrusel, 2010)
Además según un artículo
publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente
(AACAP), los niños que se crían junto a animales domésticos muestran desarrollo
de sentimientos positivos hacia el animal contribuyendo a la autoestima, la
autoconfianza, relaciones
positivas con mascotas pueden ayudar en el desarrollo de relaciones de confianza
en otros e incluso ayuda a desarrollar la comunicación no verbal, la compasión
y la empatía. Los
animales domésticos, pueden ser domados pero es importante que el niño este
consciente de que no debe molestar a la mascota cuando aún no la conoce muy
bien ni sabe cómo va a reaccionar en ciertas situaciones. Esta podría ser otra
forma de demostrar cierta disciplina por parte de los niños en cumplir con la
buena armonía y convivencia de la mascota y él o ella.
Los animalitos son seres vivos que están dispuestos a
convivir y compartir con los niños en todo momento, ellos solo buscan cariño,
afecto y el buen trato por parte de nosotros. Es por esta razón, que se ha
visto que los niños con mascotas desde pequeños muestran mejor relación e
interacción con el resto de niños que no han tenido una mascota, es decir, son
más seguros de sí mismos, mejor autoestima, más confianza, seguro de dar y recibir cariño incondicional al cuidar
a su mascota y de tener un amigo siempre que lo necesite. Favorece el
desarrollo cognitivo, socioemocional y físico, de manera que complementan una
conducta bien formada abierta para ser moldeada en base a las experiencias
ganadas, pero con idea de responsabilidad aprendida.
En conclusión, si ustedes padres de
familia están dudando de que si un animalito podría ayudar a mejorar la
disciplina de sus niños y ser parte de su familia, no espera más y busque una
mascota para su hogar, se ha demostrado que estos seres nos alegran la vida
tanto a niños como adultos en casa. Se recomienda tener mascotas a partir de
los tres años como perros o gatos, pero si puede existir una tortuga o un
hámster que requieren de menos cuidados de un niño más pequeño. Lo ideal es que
el niño este de acuerdo con su llegada y las condiciones que se deben cumplir
para que todos vivan en armonía. Al principio el niño no podrá ser partícipe de
muchas de sus actividades pero en cuestión de tiempo el va a ser el más atento
de su mascota lo cual lo convierte en un niño disciplinado en cuanto a las
tareas que debe cumplir sin ser obligado y cumplirlas exitosamente
satisfaciendo su agrado de hacerlo.
Katherine Atiencia Espinoza