Introducción

La palabra disciplina tiene su raíz en el latín disciplinare que significa enseñar, y se refiere a la estructura creada por los padres para enseñar a sus hijos el comportamiento deseado. La disciplina se define como un proceso educativo que instruye al niño para un comportamiento socialmente aceptable. Su objetivo es proporcionar autocontrol y respeto por los demás, así como enseñar conductas adecuadas en cada situación específica (Reyes, López, Martínez, Celaya y García, 2002).

Sabemos que ser padre es una bendición y un desafío al mismo tiempo, por lo que queremos proveer apoyo a los padres y educadores, que están involucrados en el bienestar y cuidado de los niños. De manera que queremos compartir y ofrecerles estrategias de disciplina para niños pequeños e incluso para aquellos difíciles de manejar. Además vamos a compartir con ustedes las investigaciones más recientes sobre estrategias disciplinarias en niños.







Monday 7 May 2012

Mascotas


Como mencionamos anteriormente, la disciplina es una forma en la que los niños son guiados a moldear su conducta y actuar de manera correcta ante diferentes situaciones. Los padres o cuidadores de los niños son la base fundamental de esta guía, ya que deben brindarles casi el cien por ciento de su tiempo para ir moldeando su disciplina. Una de las alternativas que podrían llegar a ser beneficiosas y con buenos resultados en la conducta de los niños, son las mascotas. Las mascotas pueden llegar a ser el acompañante ideal para la vida de un niño, ya que este puede ayudar al niño en varios aspectos.
Entre los beneficios más destacados que las mascotas brindan a los niños para un mejor desarrollo de conducta están los elementos positivos en la personalidad. Una mascota puede ser adoptada por una familia desde que el niño es muy pequeño, ya que el niño a través de los padres va a poder imitar y aprender a ser responsable de las necesidades de la mascota, como por ejemplo la hora de comer, de dormir, limpiar o simplemente el hecho de estar pendiente de que se encuentre bien. De manera que el niño podría tener cierta disciplina en cuanto a sus responsabilidades en el hogar con su mascota, conocer acerca del papel que cada integrante de la casa debe cumplir y que todos son los encargados de cuidar y mantener en buenas condiciones a otro ser vivo con el que decidieron convivir. Que además de cumplir con las responsabilidades de uno mismo vele por el bienestar de alguien más, desarrollando disciplina, respeto y empatía. (Revista Carrusel, 2010)
Además según un artículo publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente (AACAP), los niños que se crían junto a animales domésticos muestran desarrollo de sentimientos positivos hacia el animal contribuyendo a la autoestima, la autoconfianza,  relaciones positivas con mascotas pueden ayudar en el desarrollo de relaciones de confianza en otros e incluso ayuda a desarrollar la comunicación no verbal, la compasión y la empatía. Los animales domésticos, pueden ser domados pero es importante que el niño este consciente de que no debe molestar a la mascota cuando aún no la conoce muy bien ni sabe cómo va a reaccionar en ciertas situaciones. Esta podría ser otra forma de demostrar cierta disciplina por parte de los niños en cumplir con la buena armonía y convivencia de la mascota y él o ella.
Los animalitos son seres vivos que están dispuestos a convivir y compartir con los niños en todo momento, ellos solo buscan cariño, afecto y el buen trato por parte de nosotros. Es por esta razón, que se ha visto que los niños con mascotas desde pequeños muestran mejor relación e interacción con el resto de niños que no han tenido una mascota, es decir, son más seguros de sí mismos, mejor autoestima, más confianza, seguro de dar y recibir cariño incondicional al cuidar a su mascota y de tener un amigo siempre que lo necesite. Favorece el desarrollo cognitivo, socioemocional y físico, de manera que complementan una conducta bien formada abierta para ser moldeada en base a las experiencias ganadas, pero con idea de responsabilidad aprendida. 
En conclusión, si ustedes padres de familia están dudando de que si un animalito podría ayudar a mejorar la disciplina de sus niños y ser parte de su familia, no espera más y busque una mascota para su hogar, se ha demostrado que estos seres nos alegran la vida tanto a niños como adultos en casa. Se recomienda tener mascotas a partir de los tres años como perros o gatos, pero si puede existir una tortuga o un hámster que requieren de menos cuidados de un niño más pequeño. Lo ideal es que el niño este de acuerdo con su llegada y las condiciones que se deben cumplir para que todos vivan en armonía. Al principio el niño no podrá ser partícipe de muchas de sus actividades pero en cuestión de tiempo el va a ser el más atento de su mascota lo cual lo convierte en un niño disciplinado en cuanto a las tareas que debe cumplir sin ser obligado y cumplirlas exitosamente satisfaciendo su agrado de hacerlo.

Katherine Atiencia Espinoza

Sunday 6 May 2012

Cómo conseguir que tu hijo obedezca?

Consejos prácticos para que tu hijo obedezca:

http://www.youtube.com/watch?v=UmahuaUoUP8&feature=relmfu

Ana Karina Borja

No al castigo físico

No al castigo físico y sí a los límites y el respecto



Nunca usar la violencia como alternativa o estrategia para disciplinar a un niño, ya que se estará transmitiendo como mensaje, que es correcto resolver los problemas mediante la violencia.   
En lugar de recurrir a la violencia, establecer límites claros y consitentes desde un incio.


Ana Karina Borja

Consejos para la disciplina pre-escolar

  • Fomentar y recompensar siempre la buena conducta. Felicitar al niño cuando ha realizado decisiones correctas. Al demostrarle orgullo, el niño siente confianza y seguridad de sí mismo, lo cual genera un buen comportamiento futuro.
  • Establecer normas provoca control de impulsos y un proceder adecuado en sociedad. No poner reglas muy restrictivas, ya que el niño podría temer a explorar por su cuenta o probar nuevas habilidades.  
  • Adecuar el desarrollo del niño con la implementación de límites.
  • Razonar con el niño en lugar de castigarlo de forma física o mediante estrategias que no permitan una adecuada comprensión de la mala conducta. Al razonar con el niño se debe emplear palabras sencillas y concretas; no utilizar argumentos hipotéticos ya que el niño pre-escolar no estará en capacidad de entenderlo.
  • No modificar reglas al azar, ya que genera confusión. Conforme el niño va creciendo, es natural esperar un comportamiento más maduro, pero se debe notificar y explicar los cambios implementados en la regla antes de su aplicación.
  • Asegurar que todos los adultos que se relacionan o cuidan del niño entiendan las reglas de disciplina implementadas. Si un padre dice que algo está bien, y el otro lo prohíbe, el niño estará confundido.   
  • Recordar que los padres son un modelo a seguir, mientras más coherente y sensato sea su comportamiento, habrá más probabilidades de que el niño refleje dichas cualidades.
  • Nunca usar la violencia como alternativa o estrategia para disciplinar a un niño, ya que se estará transmitiendo como mensaje, que es correcto resolver los problemas mediante la violencia. 


Ana Karina Borja




Referencias:

Gómez, U., Cruz, G., Zaguilán, M., Aquino, E., & Galavíz, J. (2002, julio). La disciplina en niños. (Spanish). Revista Mexicana De Puericultura Y Pediatria10(54), 202.







Cuándo y cómo debemos poner límites a los niños?

Cuándo y cómo debemos poner límites a los niños?

Tips para establecer límites en el momento adecuado y de la mejor manera.




Ana Karina Borja

Recomendaciones sobre disciplina


La premisa básica de la disciplina consiste en desalentar el comportamiento no deseado y estimular el esperado. Los siguientes aspectos sobre la disciplina en niños están basados en las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría (Gómez, 2002).

A partir de los 6 meses de vida:
En los primeros 6 meses de vida del niño, se afrontan ciertos conflictos distrayendo al bebé con juguetes y actividades alternativas. Las técnicas de disciplina estándar son efectivas al aumentar su capacidad retentiva. A partir de los 7 meses se utilizan otros métodos para eliminar la conducta no deseada; la educación se imparte sin “mano dura”. Es importante reforzar cada proceso deseado y conservar las recompensas en momentos poco apropiados. Además, se deben fijar límites claros y ayudar a la comprensión exacta de qué está realizando mal cuando desobedece una regla; siempre evitando mensajes confusos para el niño, ya que no se lograrán resultados adecuados.
A partir de los 9 a 12 meses, los niños quieren explorar y manipular todo lo que está a su alrededor. Por lo que, aprender a no realizar una actividad que les gusta es un paso hacia el autocontrol. La consistencia es fundamental para mejorar la eficiencia disciplinaria. Todas las personas involucradas con el niño deben saber qué puede y qué no puede hacer. Es adecuado guiar y enseñar, pero no se debe forzar hacia una actitud exactamente del modo que se quiere.

A partir de los 2 años:
A los 2 años de edad, los niños no tienen un concepto claro sobre lo “bueno” y “malo”, y no entienden ciertas reglas y advertencias.  Muchas reglas pueden carecen de sentido o no son lo suficientemente claras para los niños. Muchas personas y padres de familia relacionan a la disciplina con el castigo, pero es importante considerar que es mucho más importante el amor, paciencia y compresnisón. Querer al niño y velar por su integridad física y bienestar, constituyen el núcleo de una relación y desempeñan un papel fundamental en la regulación de su comportamiento.
El ejemplo diario de los padres, sobre amor, respeto, honestidad, responsabilidad y confianza, genera un buen ejemplo a seguir, y además ayuda a crear un modelo de comportamiento y disciplina, mientras el niño va creciendo. El ejemplo diario de los padres,  también facilita a que el niño pueda distinguir entre el bien y el mal.  
Se debe enseñar al niño qué se espera de él, no basta decirlo una sola vez, ya que debe aprender por ensayo y error, para poder similar la regla establecida. Si se le exige demasiado desde muy temprana edad, va a estar resentido, dolido, agobiado y abrumado. Es indispensable proporcionar un ambiente agradable entre padres e hijo, establecer prioridades y definir reglas poco a poco. Por otro lado, para evitar actitudes no deseadas, es recomendable vigilar el estado de estrés del niño, es decir, cuando está cansado, hambriento, enfermo o en un lugar desconocido. Si el niño desobedece reglas básicas, se debe mostrar desaprobación, indicar qué fue lo que estuvo mal, siempre estableciendo un mensaje claro y conciso hacia el niño.  
Entre los 2 y 3 años, el niño aún protesta y hace rabietas, que generalmente son impulsivas, no planea hacerlo ni puede evitarlo. De forma consciente o inconsciente actúa de esta forma para conocer sus propios límites y los de sus padres. Las estrategias para fijar e impartir restricciones pueden llegar a ser personales, pero se debe considerar que el castigo sólo enseña el tipo de comportamiento que es inaceptable, pero no cuál es el aceptable. Los niños sometidos a una disciplina rígida o maltratados por sus padres están en riesgo de presentar un comportamiento agresivo a largo plazo. Por último, si la disciplina de los padres es autoritaria, se puede perder el amor de los hijos, ya que no se puede amar lo que se teme.

A partir de los 4 años en adelante:
Un niño de 4 años, aún no sabe dominar sus deseos de desafiar a la autoridad; por lo tanto, es posible que desobedezca con intención ciertas reglas familiares, como contestar, gritar, etc. A menudo se puede portar mal únicamente por fastidiar, lo cual rara vez indica un trastorno emocional. El niño debe conocer qué comportamiento es aceptable y cuál no lo es, y la única forma de lograrlo es estableciendo límites razonables. Es fundamental corregir la mala conducta al intervenir de forma inmediata y consistente, nunca esperar y dejar que el niño olvide lo sucedido, ya que no entenderá qué fue lo que hizo mal y cómo debe comportarse.    

Ana Karina Borja








Referencias:

Gómez, U., Cruz, G., Zaguilán, M., Aquino, E., & Galavíz, J. (2002, julio). La disciplina en niños. (Spanish). Revista Mexicana De Puericultura Y Pediatria10(54), 202.

Que hacemos si no estamos de acuerdo?

http://childparenting.about.com/od/discipline/a/styleconflict.htm

Consejos relacionados a lo que los padres pueden hacer cuando no están de acuerdo con respecto a el estilo de disciplina.